viernes, 30 de marzo de 2012

¿Sabes lo qué es un sueldo?

Es evidente que el sueldo es lo que se cobra por realizar una actividad laboral, pero eso es el sueldo no un sueldo. Este último era una pieza de una quinta parte del valor de una libra.

Su origen está en la escasez de oro para acuñar moneda, lo que llevó al emperador romano Constantino a realizar una reforma monetaria de la que salió una pieza llamada "solidus aureus". Como consecuencia de esta escasez el sólido se convirtió en una moneda que tuvo una larga vida en distintos sistemas monetarios.

En época visigoda, conforme el oro iba siendo más escaso, el sueldo paso a estar basado en la plata, y este modo su unidad seguida siendo la libra, de 400 a 425 gramos, que era dividida en 20 sueldos de 12 dineros cada uno, aunque con el transcurso del tiempo y con forme iban perdiendo calidad en su composición pasaron a ser piezas de vellón.

Hasta que a mediados del siglo XIII esta moneda tuvo un resurgir como sueldo de plata, con una equivalencia de 12 dineros de vellón, que fue puesto en circulación entre otros lugares de Europa en los territorios de la Corona de Aragón y Castilla.


Información de la imagen.

Está extraida de la web arqueológica http://edgarlowen.com/
Es una moneda de sueldo de Siracusa de entre los años 842-867.



miércoles, 28 de marzo de 2012

El Códice Negro ya está en Pinterest

El Códice Negro ya está en Pinterest para ver los contenidos incluidos en este portal y por supuesto poder seleccionar lo que más te gusten o hacerte seguidor tan solo debes pulsar aquí, y se abrirá en una nueva ventana.

Por la cuenta Pinterest El Códice Negro estarás informado mediante imágenes de todo lo publicado en esta web sobre la novela y también sobre otras cuestiones interesantes como el contexto histórico en que se desarrolla la novela, y de otras de actualidad sobre los lugares que aparecen en el texto, músicas recomendadas, etc.



martes, 27 de marzo de 2012

Los Doce Pares de Francia

Los Doce Pares de Francia eran, supuestamente, los caballeros de confianza de Carlomagno, y se les denominaba “Pares” por considerarse que estaban a la par que el rey en arrojo, meritos y valor, aunque no fuera reyes, con lo que su trato con el rey era de igual a igual, sin tener que baja la mirada, ni hacer referencias, ni demás formalismo de la corte, excepto de los del respeto mutuo.

Los Doce Pares fueron Roldán, Oliveros, Baldovinos, Arnald, el arzobispo Turpín, Terrin, Ogier de Dinamarca, Gualdabuey, Reinaldos de Montalbán, Salomón, Angelero y Estolt.

Acompañaron a Carlomagno en innumerables batallas, y parte de ellos de ellos murieron en la fallida invasión de Hispania por parte de su rey. Hechos que, junto con muchos otros, se cuentan en el libro de caballerías “Los Doce Pares de Francia”

En El Códice Negro no aparecen en sí los Pares de Francia, pues no son contemporáneos, pero sí algunos de ellos son protagonistas de los cantares de gesta que Leodovico canta al conde Wifredo, y también aparecen en boca de doña Agnès, a los que conoce por su educación en las proximidades de Paris.


Nota informativa sobre la imagen.

La imagen está extraída de Wikipedia, del artículo Cantar de gesta, y hace referencia a la entrega de la espada Durandarte a Roldán por parte de Carlomagno, uno de los elementos básicos de la mitología de Los Doce Pares de Francia en época de Carlomagno.



lunes, 26 de marzo de 2012

Loreena Mckennitt
De “The Visit” a La Fortaleza del Sol

Loreena Mckennitt es una compositora y cantante canadiense que interpreta música de corte celta-folk, como bien sabes, con un toque personal muy particular e interesante, que la hace ser una grandes "maestras" del género al nivel mundial.

Mi primer contacto con Loreena Mckennitt fue con el disco "The Visit", genial, estupendo, maravillo, fantástico. Después vinieron otros que engrosan mi colección de CD, pero ninguno como aquél, fue un descubrimiento. He seguido su trayectoria profesional, y se ha convertido en una de mis músicas de referencia.

Tan solo la he visto una vez en directo, fue el 19 de julio de 2008, sábado, en el castillo de Lorca, La Fortaleza del Sol, en una noche con Luna. El escenario al aire libre, la agradable temperatura del verano murciano en las alturas, corría un poco de brisa, el cielo levemente estrellado, el público iluminado con el brillo azulado del astro y en todo el contorno perfilada la muralla y torreones del castillo. Sobre el escenario… una exhibición magistral de ella, Loreena Mckennitt.

Si te gusta Loreena Mckennitt, te gustará El Códice Negro, y si no la conoces y optas por leer primero El Códice Negro entonces seguro, que cuando la oigas, también te encantara.



martes, 20 de marzo de 2012

El Año 1000

El milenarismo no es nuevo, cada vez que en el calendario se aproxima una fecha con 3 ceros aparecen personajes pregonantes del final de los días, aunque como es natural esa fecha pasa y nada de lo profetizado paso.

Durante la Edad Media, con la mezcla de superstición e ignorancia que durante ella caracterizó a buena parte de la población, estos profetas abundaron e infundieron el miedo entre las gentes que les rodeaban, hasta tal punto que las incursiones de Almanzor fueron consideradas, en los reinos cristianos de la Península Ibérica, como un signo ese fin del mundo y la proximidad del juicio final.

En El Códice Negro el año 1000 ya ha pasado, se desarrolla en la coyuntura histórica ficcionada del 1035, aunque aún está próximo, haciéndose referencia a él y sus perniciosos efectos en varias ocasiones, una de ellas, por ejemplo, por el largo verano que están teniendo en el Pirineo con un invierno que no termina de llegar, se achaca a un efecto dañino de ese año.



jueves, 15 de marzo de 2012

Albert Puig. El faro que ilumina el camino

Albert Puig es un personaje gris, un empleado de la diócesis, está acodado en su puesto de director del museo diocesano de la Seu de Urgell, y no tiene ganas de complicase la vida con historias que le cuente el primero que entre por la puerta de su despacho.

Aunque Albert Puig no es un personaje intranscendente para El Códice Negro, por mucho que sea gris y sin brillo, pues es él quien indica a Raquel que debe ir a Girona y allí, en el archivo de la catedral, preguntar por un monje franciscano, Fray Perera, pues él es posible que sí pueda saber algo, al ser gran conocedor de los antiguos legajos, y, además, es propenso a involucrarse en ese tipo de aventuras.

Fray Perera también recordaba a Albert Puig, cuando Raquel al conocerlo le comentó quien le había referido a él, de crío le había dado clase en la escuela, de religión y de arte. Su recuerdo iba de un pícaro rebelde, hasta la admiración por haber llegado a ser director del museo.



Veni Creator. La invocación al Espíritu Santo antes de la batalla

En la Edad Media era costumbre, antes de comenzar una batalla, rezar una invocación al Espíritu Santo para que les guiara y protegiera durante la misma.

En El Códice Negro, las mesnadas de Wifredo rezan un Veni Creator antes de comenzar la batalla, contra las huestes de Guillermo y Armengol, en las proximidades de Esterri d’Aneu.

A continuación aparece esta oración en texto integro, tanto en latín como su traducción al castellano.

Veni Creator (Latín)


Veni, Creator Spiritus,
mentes tuorum visita.
Imple superna gratia quae
tu creasti pectora.


Qui diceris Paraclitus,
Altissimi donum Dei,
fons vivus, ignis, caritas,
et spiritalis unctio.


Tu septiformis munere,
digitus paternae dexterae,
tu rite promissum Patris,
sermone ditans guttura.


Accende lumen sensibus,
infunde amorem cordibus,
infirma nostri corporis,
virtute firmans perpeti.


Hostem repellas longius,
pacemque dones protinus,
ductore sic te praevio,
vitemus omne noxium.


Per te sciamus da Patrem,
noscamus atque Filium,
teque utriusque Spiritum
credamus omni tempore.


Deo Patri sit gloria,
et Filio qui a mortuis surrexit,
ac Paraclito in saeculorum saecula.
Amen.
Veni Creator (Castellano)


Ven Espíritu creador,
visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones que
Tú mismo has creado.


Tú eres nuestro consuelo,
don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.


Tú derramas sobre nosotros los siete dones
Tú el dedo de la mano de Dios,
Tú el prometido del Padre,
pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.


Enciende con tu luz nuestros sentidos,
infunde tu amor en nuestros corazones
y con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra frágil carne.


Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto tu paz,
siendo Tú mismo nuestro guía
evitaremos todo lo que es nocivo.

Por Ti conozcamos al Padre
y también al Hijo y que en Ti,
que eres el Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.


Gloria a Dios Padre
y al Hijo que resucitó de entre los muertos,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos.
Amén.




miércoles, 14 de marzo de 2012

Un Regalo que solo estará esta noche...

Esta foto es de las flores de unos almendros que no se dejaron engañar por la temperaturas excesivamente altas de finales de enero y primeros de febrero, y en consecuencia, al haber florecido cuando debían, se han escapado de las heladas que vinieron después con la ola de frio siberiano.

La foto está sin redimensionar, por lo que tiene 1,5MB, es grande, 3648X2736px. Es un buen fondo de pantalla...

lunes, 12 de marzo de 2012

Doña Agnès de Carcassonne
La esposa del conde Wifredo de Berga

Doña Agnés es la segunda esposa del conde Wifredo de Berga, es más joven que él, y posee una deslumbrante belleza acrecentada por su larga cabellera rojiza, envuelta en unas sinuosas curvas que rivalizan con las de cualquier escultural y pétrea modelo clásica.

El matrimonio de Agnès con Wifredo lo ha sido por conveniencia, dentro de los pactos de familia que forjaban alianzas a ambos lados de los Pirineos, y por este motivo ella sabe que su papel no solo es acompañar a su esposo a los oficios religiosos y actos oficiales, o bordar estandartes para ofrecer a la tropa en sus regresos victoriosos de las campañas en la frontera.

Agnés sabe que la suya es una misión de Estado, no está en Berga por amor sino por una alianza política, y cuando la situación lo requiera, para mantener el orden de las cosas, ante conjuras o conspiraciones contra su esposo, no duda en meter al enemigo en su lecho y aplacar sus ánimos beligerantes con la lujuria de la carne; o bien rebanarle el cuello daga en mano, arma con la que tiene una gran destreza.

Como correspondía a una dama de su condición, su padre el señor de Carcassonne, desde bien pequeña y hasta que fue entregada al conde de Berga, la internó en un convento en las proximidades de París, para que fuera educada como debía. Allí fue instruida en artes y letras, como correspondía a su condición, y por deseo expreso de su padre, ya que su destino era el que era desde su nacimiento, tan solo faltaba conocer el señor que con ella se desposaría; también recibió saber en política, religión y el manejo de las armas.

Leodovico, tras un breve intercambio dialectico, creyó que procedía del norte de las tierras de los francos, por su acento al hablar le pareció que era de allí, pues como buen trotamundos procedente de ultramontes conocía bastante bien las distintas hablas de aquellos territorios. Pese a este suave acercamiento inicial, la relación de Agnès con el juglar fue tensa.


Información de la fotografía:

Tomada el 19 de agosto de 2007, a las 13:19, en el Castillo de Loarre – Huesca, con una cámara Canon EOS 40D, longitud focal de 28mm, velocidad en 1/3.3 seg, F 3.5 y ISO 1600.



domingo, 11 de marzo de 2012

Ni una puerta abierta
Sólo leer, degustar y reposar

Si lo que te gustan son las historias que empiezan y acaban en un mismo volumen, como los grandes clásicos, El Códice Negro es para ti.

El Códice Negro es un único volumen, cuando lo finalices habrá terminado, no tiene segundas tramas que puedan dar lugar a nuevas historias de los mismos personajes. Tampoco da la posibilidad a historias previas.

Se trata de una historia cerrada que no deja ni una puerta abierta a una segunda parte, ni por supuesto a una saga.

El Códice Negro es una historia para leer, degustar y reposar, que podrás volver a releer, pero de la que nunca veras “El Códice Negro II” o “El Códice Negro. El Retorno” o “El Códice Negro. El Origen”.

Disfruta de la lectura sin enredarte en la espera de nuevos episodios igualmente inconclusos.



sábado, 10 de marzo de 2012

La portada de El Códice Negro
Santos Justo y Pastor de Son

La portada, en blanco y negro, está basada en una fotografía, sobre la que después vino el trabajo de interpretación artística del ilustrador. Esta foto es del campanario de la iglesia románica del pueblo de Son, Son del Pi como se le conocía antiguamente, en Esterri d'Aneu, en los valles de Aneu, en la comarca de Pallarés Sobirá, en pleno Pirineo de Lleida.

Esta iglesia está dedicada a los Santos Justo y Pastor fue construida entre los siglos XI y XII, aunque hay fuentes que le dan una datación anterior. Formó parte de un conjunto fortificado del que conserva una torre de espaldas al campanario, el cual está construido en base a cuatro cuerpos separados por arquillos ciegos y bandas en esquinilla, con vanos de medio punto abriéndose en cada uno de ellos, al estilo del resto de las iglesias del Valle del Boí.

En su interior tiene una curiosa mezcla de estilos, pues su constricción está realizada en un sobrio lombardo, mientras que en su interior se conservan una pila bautismal por inmersión prerrománica, otra pila de estilo ya si románico de constitución circular; y en contraposición a lo anterior en el altar mayor se disfruta de un retablo glótico del siglo XV.

En el desarrollo de El Códice Negro, las trepidantes aventuras del conde Wifredo le llevan desde su Berga natal, hasta la lejana aldea de Son en los dominios de los señores de Urgell, siguiendo la pista al secreto de Leodovico.


Información sobre la imagen:
Tomada en Son el 21 de noviembre de 2005
Cámara Pentax, longitud focal de 35mm – f 2.6 – 1/200seg – 0.00ev No ha tenido ningún tipo de procesado de la imagen, para que pueda contrastar la diferencia con la que figura en la portada la novela.



jueves, 8 de marzo de 2012

El Reino de Toledo
El mítico sueño de la reinstauración

En los primeros tiempos de la Reconquista aún se recordaba el viejo Reino de Toledo de la monarquía visigoda. Navarros, leoneses, condados catalanes y más tarde castellanos y aragoneses, lo recordaban como su origen, y el objetivo a conseguir, su restauración.

Este fin estuvo en la mente de todos los señores de la época, desde los iniciales resistentes en Covadonga, hasta en el lecho de muerte de Sancho III. Todos los monarcas, ya fueran de León, Navarra o Castilla, cuando conseguían que se les reconociera con Imperator o Regis Magnus ponían su ojo en Toledo, como símbolo que tras su conquista uniría de forma definitiva a todos los territorios bajo su gobierno. Ninguno lo consiguió.

Desde los Condados Catalanes en raras ocasiones se tuvo esta pretensión, dada su escasa fuerza militar, lo que limitaba su poder de penetración en el territorio peninsular poco más allá de lo que eran los fines estrictamente defensivos. Aunque eso sí, los abades de Santa Maria de Ripoll por su relevancia en la cristiandad hispánica formaban parte de los que confirmaban a otros soberanos como Imperator o Regis Magnus.

Por su parte, el Reino de Aragón en sus inicios tampoco mostraro mucho interés por la restauración del viejo Reino de Toledo. Encajonado como estaba entre Navarra, los Condados y los territorios de los mahometanos, bastante logro fue subsistir, para más tarde formar la Corona de Aragón. A ésta tampoco le entusiasmo la idea y de dedicó a su expansión por el Mediterráneo, hasta el siglo XV.

La toma de Toledo llegó de la mano del rey Alfonso VI de León, el 25 de mayo de 1085, pero esto no supuso de la culminación del anhelo de restaurar el Reino de Toledo, pues en aquel momento este rey también lo era de Castilla, pero a su muerte ambos reinos se volvieron a separar. Toledo no fue la culminación de nada, sino el inicio de años de disputas, de conquistas y de arrebatamientos, ya que la ciudad fuere tomada en sucesivas ocasiones por los reyes de León y por los reyes de Castilla, hasta que Fernando III la incorporó de forma definitiva a esta última.

El Nuevo Reino de Toledo sentó sus bases de la mano de Juan II de Aragón, quien siendo ya dueño y señor de buen parte del Mediterráneo viró su política hacia el interior peninsular. Desposado con Blanca de Navarra y emparentado con los reyes de Castilla, su hijo Fernando, el que sería Fernando II de Aragón, casase con Isabel, la que sería Isabel I de Castilla. Y con ello en 1516 Fernando era rey de la Corona de Aragón, rey de Castilla y rey del Reino de Navarra. 805 años después de la anhelada reinstauración del viejo Reino de Toledo, todo el territorio de aquel se encontraba unificado nuevamente bajo el mando de un solo rey, ya no visigodo sino aragonés.


Información de la foto:

Se trata del Puente de San Martin sobre el Tajo, en Toledo, que finaliza en su lateral izquierdo con una panorámica de la muralla de la cuidad coronada con por el monasterio de San Juan de los Reyes, tomada el 25 de marzo de 2012 a las 15:43h.

En cuanto a los datos técnicos de la toma, ésta fue realizada con una cámara Olympus XZ-1, con el objetivo en 28mm, a una velocidad de 1/250 y f8.0, a ISO 500 y grabada en RAW. Posteriormente fue tratada con el programa de gestión fotográfica Olympus Viewer 2 y una vez conseguido aspecto deseado revelada a JPG.



miércoles, 7 de marzo de 2012

Leodovico. El juglar ultramontano

Leodovico es un tipo delgado y desgarbado al tiempo de aspecto fuerte, algo más alto de lo habitual para lo que es normal en la zona, de larga cabellara castaña y de rostro despoblado. Tiene aspecto del norte, tal vez normando o bávaro y halo, “frio”, de pertenecer a otro tiempo y otro lugar. A su llegada a la comarca sus ropas son poco más que harapos sucios, y sus pertenencias tan solo un laúd.

Llega a Berga como un juglar itinerante, reuniendo a los lugareños en torno a sus historias para conseguir alguna moneda o algo de comida a cambio de sus cantes y gestas de lejanos lugares e importantes señores, o de sus artes como malabarista y saltimbanqui. Su presencia llega a oídos del conde Wifredo, quien envía a varios de sus hombres para que lo lleven a su presencia, al castillo.

El juglar acepta a regañadientes, pues con él ese tipo de invitaciones no suelen ser habituales, pero tal vez su suerte esté cambiando y por fin pueda tener un señor que le de sustento a cambio de entretenimiento. Al llegar eso es lo primero que recibe algo de comer, a la espera de ser llamado por el señor del condado.

Wifredo no tarda mucho en mostrar su aburrimiento con lo cotidiano y querer noticias de lugares lejanos, las historias que debe saber un juglar, por lo que este comienza con lo que considera debe querer oír el conde. Historias de reyes y sus cortes, de nobles admirados, e incluso se lanza a recitar algún que otro verso. Pero el conde indica que no es eso lo que quiere, necesita historias de héroes.

Leodovico recurre entonces a la historias épicas, los cantares de gesta, las leyendas… caballeros valeros en la batalla, malvados crueles hasta el extremo, ante el ansia de más por parte del conde, esas otras historias si le gustan, y hacia tiempo no las oía contar tan bien como lo hacían los profesionales.

Pero esto dudará poco, con la incursión sarracena en la frontera de Berga el conde debe marchar con sus tropas en su defensa, y Leodovico quedará en el castillo con una pequeña guarnición, Fray Segundo y doña Agnès, la esposa del conde que se siente interesada por la novedad, y por la que deberá ir en misión de urgencia, enviado por el fraile, al monasterio de Santa Maria de Ripoll, donde conocerá al Oliba.

A la vuelta de la campaña en la frontera, Wifredo tendrá en su cabeza una duda: La Bocal Mundo. Que le será resuelta y desechada por Leodovico, que es conocedor de un secreto, mucho más importante y relevante, que marcará el futuro del juglar, de Wifredo y de toda la región.



domingo, 4 de marzo de 2012

La Judería de Besalú. El Call de l’Garrotxa

Besalú es otra ciudad con un barrio judío, o Call, bien conservado. Éste discurre por un costado la ciudad hacía puente, quedando según se va a hacia éste a la izquierda del rio que le sirva de limite por la derecha.

La presencia de judíos se remonta a mediados del siglo IX, aunque no es hasta media del siglo XIII cuando se puede considerar que existe un barrio como tal, pues es en esta época cuando se consigue documentar una sinagoga en la ciudad de Besalú, de la que a día de hoy se conservan vestigios arqueológicos. Constituyendo formalmente el barrio como tal, debido a la construcción de viviendas en torno a ella.

Además de los restos de la sinagoga, en la ciudad se conserva el clásico entramado de calles estrechas y serpenteantes que caracterizan su distribución urbana, también el denominado Miqvé, edificio-estancia dedicado a baños de purificación por diversas circunstancias o por determinados rituales, que se encuentra en un buen estado de conservación. Como sucede en muchas ocasiones, su hallazgo se debió a una casualidad mientras se realizar tareas de mantenimiento en el terreno que se encontraba sobre él, siendo hasta entonces desconocido.

El Call, o barrio judío cerrado entorno a la sinagoga, no existió en Besalú hasta mediados del siglo XV. Previo a su delimitación buena parte de la población judía se marchó a zonas de la costa. Una vez constituido quedó una situación más o menos estable hasta que años más tarde se decreto por los Reyes Católicos su expulsión definitiva de la Península.

En El Códice Negro no aparece de forma directa el Call de Besalú, ya que la historia transcurre principalmente en Berga y Girona. En la primera el administrador del señor feudal es un judío, dada la falta de instrucción en letras y números del conde, además de su falta de interés por los mismos. Mientras que en caso de Girona, una parte de la investigación de Raquel Imbernón discurre por su judería.

Pese a ello, dada la importancia histórico-artística de la Judería de Besalú y con la excusa de que uno de los personajes principales de El Códice Negro es Guillermo, conde de esta ciudad, se incluye esta reseña.

Más datos sobre la cultura judaica en Besalú:



sábado, 3 de marzo de 2012

De Trovadores y Juglares
Los cantautores y roqueros del Medievo

Con los trovadores y los juglares lo más habitual que se suele hacer el confundirlos, cuando son “profesiones” bastante diferentes.

Los juglares: Aparecen en Europa entorno al siglo X, son una mezcla de cantantes, músicos, saltimbanquis, malabaristas y contadores de historias y leyendas. Suelen ser ambulantes, aunque a veces se establecen en la corte o al amparo de algún señor feudal. Son de estrato social humilde, y en consecuencia autodidactas, alfabetos y se expresan en la lengua del pueblo. En ocasiones el juglar está más próximo al bufón que al artista. Aunque con el paso de los siglos los juglares van creciendo en su oficio, y en el siglo XIV ya en poco se diferencian de los trovadores, más allá de su itinerantica y ser de origen plebeyo. Para el siglo XV ya está en vías de extinción.

Los trovadores: Empiezan a aparecer a finales de siglo XI, aunque su momento de mayor esplendor fue durante el siglo XII y principios de XIII. En el siglo XIV ya estaban en franca retirada. A diferencia de los juglares son personas instruidas, pertenecen a la nobleza, escriben sus propios textos, empleando para ello el latín, e incluso crean estilos de poesía y de cante. Los trovadores no cuentan leyendas, ni tampoco hacen malabares, sino que escriben poesía y canciones con intención de sátira social, conquista amorosa, o crítica política, por lo que con esas temáticas se ganan muchas enemistades y necesitan una buena posición para no ser eliminados.

En El Códice Negro aparece Leodovico, un juglar, ya que cronológicamente no podía ser un trovador, primeros del siglo XI, aunque el autor se toma la licencia de poner a aquellos en boca de éste, pues ante la insistencia de doña Agnès de que le cuente historias galantes y le recite poesía, Leodovico le insiste en que él es un juglar y no un trovador, pues estos son quienes dominan tales artes, y en todo caso, aunque las conociera no las podría emplear, ya que le crearían una serie de enemigos de los que, por su posición, no se podría defender. No ocurre esto con Wifredo que quiere oír historias de batallas y leyendas de hazañas épicas, amenizadas con un poco de música para enfatizarlas. Como se comenta al principio, Leodovico es un personaje ambulante, errático, que, por circunstancias, está pasando unos días acogido por el señor de la comarca.