jueves, 8 de marzo de 2012

El Reino de Toledo
El mítico sueño de la reinstauración

En los primeros tiempos de la Reconquista aún se recordaba el viejo Reino de Toledo de la monarquía visigoda. Navarros, leoneses, condados catalanes y más tarde castellanos y aragoneses, lo recordaban como su origen, y el objetivo a conseguir, su restauración.

Este fin estuvo en la mente de todos los señores de la época, desde los iniciales resistentes en Covadonga, hasta en el lecho de muerte de Sancho III. Todos los monarcas, ya fueran de León, Navarra o Castilla, cuando conseguían que se les reconociera con Imperator o Regis Magnus ponían su ojo en Toledo, como símbolo que tras su conquista uniría de forma definitiva a todos los territorios bajo su gobierno. Ninguno lo consiguió.

Desde los Condados Catalanes en raras ocasiones se tuvo esta pretensión, dada su escasa fuerza militar, lo que limitaba su poder de penetración en el territorio peninsular poco más allá de lo que eran los fines estrictamente defensivos. Aunque eso sí, los abades de Santa Maria de Ripoll por su relevancia en la cristiandad hispánica formaban parte de los que confirmaban a otros soberanos como Imperator o Regis Magnus.

Por su parte, el Reino de Aragón en sus inicios tampoco mostraro mucho interés por la restauración del viejo Reino de Toledo. Encajonado como estaba entre Navarra, los Condados y los territorios de los mahometanos, bastante logro fue subsistir, para más tarde formar la Corona de Aragón. A ésta tampoco le entusiasmo la idea y de dedicó a su expansión por el Mediterráneo, hasta el siglo XV.

La toma de Toledo llegó de la mano del rey Alfonso VI de León, el 25 de mayo de 1085, pero esto no supuso de la culminación del anhelo de restaurar el Reino de Toledo, pues en aquel momento este rey también lo era de Castilla, pero a su muerte ambos reinos se volvieron a separar. Toledo no fue la culminación de nada, sino el inicio de años de disputas, de conquistas y de arrebatamientos, ya que la ciudad fuere tomada en sucesivas ocasiones por los reyes de León y por los reyes de Castilla, hasta que Fernando III la incorporó de forma definitiva a esta última.

El Nuevo Reino de Toledo sentó sus bases de la mano de Juan II de Aragón, quien siendo ya dueño y señor de buen parte del Mediterráneo viró su política hacia el interior peninsular. Desposado con Blanca de Navarra y emparentado con los reyes de Castilla, su hijo Fernando, el que sería Fernando II de Aragón, casase con Isabel, la que sería Isabel I de Castilla. Y con ello en 1516 Fernando era rey de la Corona de Aragón, rey de Castilla y rey del Reino de Navarra. 805 años después de la anhelada reinstauración del viejo Reino de Toledo, todo el territorio de aquel se encontraba unificado nuevamente bajo el mando de un solo rey, ya no visigodo sino aragonés.


Información de la foto:

Se trata del Puente de San Martin sobre el Tajo, en Toledo, que finaliza en su lateral izquierdo con una panorámica de la muralla de la cuidad coronada con por el monasterio de San Juan de los Reyes, tomada el 25 de marzo de 2012 a las 15:43h.

En cuanto a los datos técnicos de la toma, ésta fue realizada con una cámara Olympus XZ-1, con el objetivo en 28mm, a una velocidad de 1/250 y f8.0, a ISO 500 y grabada en RAW. Posteriormente fue tratada con el programa de gestión fotográfica Olympus Viewer 2 y una vez conseguido aspecto deseado revelada a JPG.



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