domingo, 24 de octubre de 2021

Hoy es el día en que debe cumplirse la profecía del reverdecer el laurel

 ...el 23 de octubre de 1321 el último cátaro, antes de arder en la hoguera profetizo que en 700 años reverdecería el laurel. Hoy es el día, se han cumplido los 700 años.

jueves, 3 de junio de 2021

¿Te gustan las historias de mujeres valientes?

¿Te gustan las historias de mujeres valientes, de fuerte personalidad, echadas para adelante, que en mundo de hombres son capaces de ser dueñas de su propia vida y decidir su destino?



Si eso es así, no tienes prejuicios con el papel que una mujer debe tener en una novela de acción y aventuras. Crees que pueden ser tan fuertes, valientes y luchadoras como un hombre, ya sea a caballo, con espada o haciendo política… y por supuesto crueles y despiadadas cuando es necesario.

...entonces en El Códice Negro te vas a llevar muchas sorpresas. Te gustará, seguro.



jueves, 13 de mayo de 2021

León: el reino 2 veces robado por Castilla


En este 2021 se cumplen y celebran los 800 años del nacimiento, en Toledo, de uno de los reyes castellanos por antonomasia: Alfonso X El Sabio. ¿X? Llevar el “décimo” como ordinal, llamarse Alfonso y ostentar el título de rey de Castilla, son tres elementos que no casan muy bien, que se diga.



El primer robo del Reino de León

En el transcurso del siglo XI, a principios, Sancho III El Mayor se hace con el Reino de León tras vencer a Bermudo III, que se exilió en Galicia como rey de aquel territorio y reclamador de León del que fue expulsado por el navarro. En 1035 tiene lugar el fallecimiento del rey de Navarra, y con ello el reparto de sus territorios entre sus hijos. A Fernando le correspondió el Condado de Castilla, pero estaba casado con Sancha, hermana de Bermudo.

Por lo que Fernando se postuló como rey de León haciendo uso de los derechos al mismo de su esposa, lo que le llevó de nuevo a la guerra con su cuñado, al que mató en la batalla de Tamarón. Tras lo cual se proclamó, ya sin otros pretendientes al trono, Rey de León en 1037.

...y así tenemos que un conde, aunque hijo de rey, se hizo con el control y el poder de un reino mucho más importante (incluso más importante que el reino de su padre), mucho más grande que su condado, con mucho más poder militar e influencia política… el trepa, arribista y usurpador pasó a la historia como Fernando I el Magno.

Los años y los reyes se fueron sucediendo, y ya fuera con la dinastía Jimena o con la de Borgoña, el Reino de León, y el Reino de Castilla (que pasó de condado a reino cuando Fernando I lo legó a su hijo Sancho, que pese a ser el primer rey de Castilla, lleva “dos palotes” en su ordinal); unas veces estuvieron unidos bajo un mismo monarca y otras iban cada uno por su lado, aunque con los gobernantes emparentados. Hasta llegar al segundo y definitivo robo.

El segundo robo del Reino de León

En 1230 falleció el que sería el último rey de León con tal título como honra principal: Alfonso IX. Entre su descendencia se encontraba el que en ese momento era el rey de Castilla, Fernando III (otro con “palotes” de más), su hijo. Quien dijo heredar el Reino de León y lo unió al de Castilla, dando así lugar a la Corona de Castilla.

La cuestión aquí es “dijo heredar” ya que había sido desheredado por su padre, quien en su testamento mandó, de forma expresa, que su hijo Fernando no podría, bajo ningún concepto, heredar el Reino de León. Siendo las legítimas herederas del mismo sus hijas las infantas Sancha y Dulce.

Por lo que se sucedieron las conjuras, intrigas y conspiraciones palaciegas que concluyeron en la Concordia de Benavente, pacto por el que Teresa, portuguesa y primera esposa del rey fallecido, renunciaba a los derechos de sus hijas al trono de León. Lo que daba como resultado que quien quedaba como aspirante a soberano de ese reino era precisamente el incapacitado para ello por deseo en vida de su legítimo rey.

Alfonso VIII de Castilla: el rey que nunca existió

Vamos que existir, existir, es suponer que existió, así lo atestiguan los libros de historia, pero ¿VIII de Castilla? No, Alfonso I de Castilla, para ser VIII en Castilla debería haber habido un VII, y un VI, y un V, y un IV… pero no hubo reyes “Alfonsos” en Castilla antes de él.

Se le da «VIII» siguiendo la nomenclatura o cronología de los reyes de León, pero no fue rey de León, solo reinó en Castilla. ¿Qué pertenecía a la misma casa real? Sí. ¿Qué era nieto de un rey de León? Cierto. Pero como rey de Castilla y ser el primero de ellos con su nombre, su ordinal debería haber sido “I” (un solitario palote).

Es decir, que los reyes de Castilla teniendo algún tipo de complejo de inferioridad, porque su reino se crea en el 1065 y el de León hay que ir a buscar su origen allá por el siglo VIII con don Pelayo; decidieron usar la nomenclatura de los reyes leoneses como un elemento de categoría y postín, ya que como todo el mundo sabía el REINO, con todas las mayúsculas, era León mientras que Castilla eran cuatro villorrios en sendos riscos que habían tenido una suerte que aún no la creían.

Volviendo con Alfonso X El Sabio

El primero de los reyes de la Corona de Castilla tras la última unión, el hijo del desheredado. El llamado “Sabio” hizo honor a su apelativo, pues, aunque ha pasado a la historia como Alfonso X, unas veces a secas y otras de Castilla, él sí sabía quién era, y sus títulos en la Corona eran Alfonso X de León y II de Castilla. Ojito al dato, entre Alfonso VIII de Castilla y el Sabio no hay ningún Alfonso más por en medio. Es decir, que este señor sí distinguió sus títulos por cada uno de los reinos. Aunque después de él, ninguno más lo volvería a hacer.

Incluso en “Alfonsos” tan recientes como XII y XIII siguen con las cronologías de los reyes de León, cuando desde la llegada al trono de Felipe V ya dejaron de existir los “reinos” y todo fue España. Con lo que deberían haber sido Alfonso I y Alfonso II de España, y el mismo Felipe de Anjou, al hacer ese artificio jurídico de absolutismo francés en “las Españas” debería haber pasado a ser Felipe I de España y no continuar con los ordinales de los Austrias.

El primer robo de León en El Códice Negro

En El Códice Negro al Reino de León se hace mención al ser el ente político cristiano más importante de la Península en ese momento, y por lo tanto de una o de otra forma está presente pues su influencia se hace notar. Aunque lo que sí es un elemento importante en su historia es el fallecimiento del rey navarro Sancho Garcés III El Mayor, en ese momento emperador de toda Hispania, en el año 1035, y con ello el reparto de sus territorios entre sus hijos: Fernando se queda con Castilla y aspira a León, García continúa en Navarra, el Sobrarbe y Ribagorza fueron para Gonzalo, y Ramiro dio lugar al nacimiento del Reino de Aragón.


Nota: La imagen ha sido extraída de la web iLeon.com


viernes, 23 de abril de 2021

Sant Jordi / Día del Libro

 Aquí unas flores, no son rosas sino amapolas pero tampoco es disruptivo total, pues son rojas...; y ahí, a la derecha, el libro... 


Feliz Día del Libro y Feliz Sant Jordi!!

viernes, 8 de enero de 2021

Mis 3 primeros libros de lectura (II)

...y continuando con esta historia, vamos a por el segundo de mis 3 primeros libros de lectura:

El primero de los primeros tres libros.
El tercero de los primeros tres libros.


Ivanhoe de Walter Scott

Al igual que con el primero, poco se puede contar sobre este libro, pues de él todo es conocido, y quien no lo ha disfrutado en papel, lo ha visto en la televisión. Así que hasta aquí la obra de Sir Walter Scott, ya que el objeto de este texto no es ella sino como la conocí.

Ivanhoe, o más bien “Ivanoe” que no siempre hemos sabido inglés para decir “Aivanjau”. El caso, que el hijo del señor Scott y yo, nos conocimos al año siguiente, del desastroso encuentro con la “criatura” de Henryk Sienkiewicz. ¡¡¡¡No tenía ni un solo dibujo en su interior!!! Sólo letras y letras y más letras, vaya un desperdicio de papel… pensé entonces.

En segundo de EGB el maestro había cambiado, era un hombre con más años que el anterior, y con una barba blanca que le daba una falsa pinta de venerable ancianito. Pese a estos cambios, las intenciones del claustro parecían no haber cambiado: por lo menos un libro al año. Así que un día de invierno, lo recuerdo porque tenía un anorak azulón y rojo de estreno, repetimos el camino a aquel sitio al que no se podía ir, salvo cuando se hacía alguna picia y se tenían que rendir cuentas.

De nuevo las pilas de libros sobre las mesas, en aquella sala con el característico olor de la sabiduría, o por lo menos de los que la guardan en su interior. De nuevo esa sensación de irrealidad, estábamos allí sin haber roto los cristales de alguna ventana, ni por haber mordido a nadie o haberle dejado un hueco despoblado en la sesera. Nos habían llevado para ¡¡¡dejarnos otro libro!!!

En esta ocasión, lo que me llamó la atención fue, como no, la imagen de la portada: un torneo medieval. ¡¡Guau!! Y una cosa rara ¿por qué habrían puesto esa “h” en medio sino servía para nada? Aunque pese a ello, estaba bien, le daba un toque exótico al título: Ivanoe.

Al llegar a mi casa y verme con aquel tocho “¿...qué traes? ¡Ivanjoe!”. ¿Ivanjoe?, pensé, ¿Qué Ivanjoe, sino hay “j”? A lo que respondí “No, Ivanoe, que lleva una “h” y no se lee”.