Esto hizo que sus habitantes tuvieran que agudizar el ingenio, y que al igual que en otras zonas costeras como Ibiza, Lanzarote, Míkonos, o de interior como La Mancha, buscaran en el viento un aliado para hacer frente a sus necesidades hídricas, y así fue como nació el empleo de los molinos viento.
Molinos que han servido para sacar agua potable de infinidad de pozos, y poderla emplear en tantas necesidades como se precisara. Y molinos que también han sido empleados como fuerza para mover el agua salada y poder hacer funcionar la industria salinera en San Pedro del Pinatar.
Estos gigantes del Mar Menor ahora se ven dispersos por el campo, abandonados, dejados, medio derruidos, a su suerte. Algunos continúan sirviendo de base para modernas instalaciones agrícolas para riego, otros, los menos, han sido conservados o restaurados por sus dueños, y la gran mayoría tan solo ven como el tiempo los va consumiendo.
Esta es una pequeña muestra, una recopilación fotográfica, en la que no solo aparece lo bonito y bien conservado, con tintes etnográficos y folklóricos, sino que trata de presentar una visión en conjunto de un patrimonio histórico, del que, en muchos casos, dentro de poco tiempo solo quedaran fotos como estas.
...y como dice Don Quijote "No digas tonterías, Sancho, tu imaginación traiciona, ¡son gigantes!".