jueves, 9 de febrero de 2012

Lectores de Iacobus ¡Os necesito!

Este es un título, de Matilde Asensi, mítico para mi, en su momento leí la primera edición editada por Círculo de Lectores, allá por 2001, un ladillo impresionante, por su tamaño perfectamente se podría usar como bloque en la construcción de alguna catedral. Tanto me gustó, y me gusta, esta historia que he perdido la cuenta de la cantidad de Iacobus que he regalado en santos, cumpleaños y celebraciones diversas.

Tanto lo regalé que en 2007 fui yo el regalado con un ejemplar de la primera edición de Plaza & Janés del año 2000, localizado en una librería de viejo. Pero mi historia con este libro no queda aquí, pues tantas vueltas dan las cosas que en el 2003 perdí mi propio ejemplar, el de 2001 de Círculo de Lectores, pero pese a tener un ejemplar de la autentica primera edición no me di por satisfecho, y busque y busque, como el lobo del cuento que soplaba y soplaba, y por fin en una librería de viejo, a finales de 2010, encontré un ejemplar de aquella edición especial para Círculo de Lectores en la que lo leí por primera vez. Con este segundo encuentro se cerró el círculo y ahora tengo los dos en lugar muy especial de mi biblioteca.

Para quien no sepa de qué va la historia, Iacobus narra las aventuras de Galcerán de Born, un monje de la orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, al que el papa Juan XXII le encarga investigar el paradero de los tesoros el Temple, orden militar disuelta años atrás por el papa Clemente V. Esta búsqueda le lleva a descubrirnos el Camino de Santiago de una forma muy especial.

Tras lo expuesto, si en su momento leíste Iacobus es muy posible que te guste El Códice Negro, así que no lo dejes pasar y comienza esta nueva lectura. Ah, y si aún no has leído el de Matilde Asensi entonces tienes dos pendientes, el de Galcerán de Born lo pues comprar, por ejemplo, en La Casa del Libro.

Y por último, como ni soy afiliado de La Casa del Libro, ni tampoco tengo autorización expresa de la editorial ni el autor para poner esta reseña, antes de sablearme con requerimientos y demandas varias, tan solo un correo electrónico basta para que la borre del blog de El Códice Negro.



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